Buenos días!
Ayer lei una conmovedora historia, todos recordamos la fotografía que ganó el Pulitzer en 1994…
Esta fotografía realizada por Kevin Carter se llevó el premio, y también millones de críticas en todo el mundo, porque había disparado su cámara en lugar de ayudar a la niña, lo llamaron carroñero, desde que la foto fue publicada en Marzo de 1993 por el New York Times hasta que le dieron el premio en 1994 fue un año lleno de habladurías que llevaron al fotoperiodista de 34 años a quitarse la vida por la culpabilidad, al volver de recoger el galardón.
Pero la historia real de esta foto, no menos trumática, pero real, es que esa niña no era una niña, era un niño, y no estaba agonizando, defecaba, en una zona donde los nativos lo hacían habitualmente, es cierto que estaba desnutrido, pero en la pulsera que lleva se podía leer T3 (T=Desnutrición 3=orden de llegada al centro de alimentación que había en el poblado). Este niño se recuperó, de la hambruna, del buitre, de todo, no podemos decir que tuviera una vida fácil ni que esa fotografía no fuera dramática en sí, pero que en vez de fijarnos en qué llevo a la hambruna a ese país, o en qué pueden hacer los paises por intentar que no vuelva a pasar, nos cebamos en criticar a un fotógrafo cuyo único crimen fue intentar contar lo que vió. Vamos que nos señalan la luna y nos quedamos mirando el dedo…
Besitos de mariposa