Buenos días,
Echando la vista atrás me doy cuenta de que hay cosas que no cambién nunca, una de ellas son lo que en mi casa y mi madre llaman los zapatos de colegio, yo decía cuando estaba embarazada que mi pequeña nunca llevaría zapatos que parecieran ortopédicos, mi hija no!
Yo, una loca de los zapatos con muchos pares en mi haber no podía dejar que mi pequeña llevara zapatos feos… Eso decía yo…
Pero entonces… llegó su primer invierno…
Y era pequeñita e indefensa y de momento no necesitaba zapatos de niña pero me cambió un poco la manera de ver las cosas… Y al año siguiente llegaron…
No es que sean feos que no lo son, pero al ser una niña quería zapatitos rosas y de princesa, aunque claro al ver llegar el cierzo y las temperaturas invernales en Zaragoza, le di a regañadientes la razón a mi madre y me he hecho fiel a estas botas año tras año… Estas en concreto son de Pablosky vía spartoo
Cuanta razón tienen las madres a veces…
Besitos de mariposa